Has probado productos, rutinas, tratamientos… pero el acné sigue apareciendo.
¿Y si el problema no está solo en tu piel, sino en tu plato?
Uno de los desencadenantes silenciosos del acné en adultos (y adolescentes) es el consumo frecuente de harina de trigo refinada. Aquí te explico por qué:
¿Qué hace la harina de trigo en tu cuerpo?
Cuando consumes pan blanco, galletas, pizza, pastelitos o cualquier otro alimento con harina de trigo refinada:
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📈 Se eleva rápidamente tu glucosa en sangre
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Esto provoca un pico de insulina, una hormona que regula el azúcar
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La insulina alta estimula la producción de andrógenos (hormonas masculinas), que a su vez aumentan la producción de sebo
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Resultado: poros obstruidos + inflamación = acné
Y si a eso le sumamos estrés, desveladas y un intestino inflamado… es la receta perfecta para los brotes hormonales.
¿Es solo el trigo o también el gluten?
El gluten en sí no causa acné a todos, pero si hay sensibilidad al gluten o permeabilidad intestinal, puede empeorar el estado de la piel.
Algunas personas con acné severo mejoran radicalmente al eliminar el trigo y derivados por 3-4 semanas.
¿Qué hacer si no quieres dejar el pan?
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Cambia a harinas menos inflamatorias: avena, arroz, almendra, coco.
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Elige opciones integrales sin azúcares añadidos.
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Agrega más fibra y proteína vegetal a tus comidas (reducen los picos de azúcar).
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Hidrátate, duerme y desintoxica tu piel también desde fuera.
Tu piel es un espejo de tu cuerpo.
Si constantemente tienes brotes en la barbilla, mejillas o mandíbula… escucha a tu cuerpo.
Haz el experimento: 3 semanas sin trigo refinado. Observa. Siente. Agradece.
Tu piel lo va a notar.
